
Los radiadores de calefacción son elementos imprescindibles de nuestro hogar que en ocasiones es necesario cambiar por diversos motivos que intentaremos enumerar a lo largo de este artículo.
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Cambiar radiador para solucionar problemas de calefacción
Una gran parte de los hogares están equipados con radiadores. Sin embargo, está claro que muy pocos de nosotros nos detenemos en la importancia de la vida de nuestros radiadores.
Una de las principales decisiones en un sistema de calefacción, es la elección de los radiadores o emisores térmicos. Muy a menudo, en el caso de una reforma, nos preocupa el estado de los suelos, las paredes, pero no necesariamente los radiadores. Siempre pensamos que son eternos.
Desgraciadamente, con mucha frecuencia el radiador es el responsable de una instalación problemática y es la desgracia de un buen número de compradores de nuevas viviendas. El ruido, las filtraciones de agua, la mala disipación del calor puede representar un calvario que es bueno saber.
Radiadores más eficientes
Para una buena parte de la población, la tendencia es mantener los radiadores que funcionan, pero ¿tienen alguna ventaja cambiarlos?
Simplemente porque este enfoque va completamente en contra del ahorro a largo plazo. Partiendo de la observación de que el 50% del consumo energético de una vivienda se atribuye a la calefacción, parece necesario actuar en cada nivel de la cadena energética de una vivienda.
Según el tipo de radiador, ya sea en cuerpo de hierro fundido, cuerpo de aluminio u otro material, se obtendrán características térmicas muy diferentes. Así podremos evitar el efecto de pared fría y, sobre todo, podremos elegir un radiador adaptado a nuestras expectativas.
El radiador de aceite permitirá obtener fiabilidad y comodidad. Tiene un bajo consumo de energía manteniendo una excelente inercia.
Moderniza tu sistema de calefacción
Antes de comenzar a planificar una nueva instalación calefacción es importante asegurarse de tener una casa bien aislada. Para llevar a cabo este propósito, será conveniente cambiar tus radiadores para obtener un mejor rendimiento en tu vivienda.
Por poner un ejemplo, si se opta por una instalación de leña, con chimenea, el hogar estará destinado a calentar la parte central de la casa. La instalación entonces recurrirá a radiadores eléctricos que intervendrán para obtener una calefacción auxiliar.
Como habrás comprendido, en un momento en que los elevados costes de la electricidad y los combustibles hace imprescindible reducir nuestro consumo energético, debemos revisar nuestros viejos radiadores en favor de radiadores más económicos, actuales y regulables.
Tipos de radiadores
- Radiadores de calefacción de hierro fundido o fundición: son de gran durabilidad y muy resistentes. Estos radiadores se emplearon habitualmente en España en edificios de los años 70 y 80; hoy en día, se continúan instalando en colegios, viviendas etc, con diseños más innovadores. Poseen una gran inercia térmica conservando durante mucho tiempo el calor, durabilidad y resistencia. Eso si, el precio es elevado y son pesados.
- Radiadores de calefacción de aluminio: más actuales que los de fundición y disponibles en varios tamaños. Tienen poca inercia térmica, por lo que se calientan rápido. Más económicos en precio que los radiadores de fundición y ligeros. Por la contra, se enfrían más rápido.
- Radiadores de calefacción de chapa de acero: poseen poca inercia térmica por lo que, consiguen la temperatura en un corto periodo de tiempo. Son económicos, ligeros y resistente. La instalación es compleja, para empotrar necesitan espacios habilitados.
- Convectores acero / acero inoxidable: trabajan con agua caliente procedente de un generador de calor. Se utilizan habitualmente en viviendas de lujo así como en oficinas. Poseen poca inercia térmica por lo que consiguen la temperatura en un corto periodo de tiempo. Se pueden instalar bajo suelo, empotrados en pared en torreta, por lo que son ideales para edificios. Instalación compleja y precio elevado.