
Desde que empezó la escalada de precio por la guerra en Ucrania, los precios de la electricidad y el gas no han parado de subir. Ante esta alza descontrolada, numerosos hogares españoles vuelven a la leña como fuente de energía para calentar su hogar.
La leña ha recuperado este invierno cierto protagonismo como fuente para calentar las casas, impulsada por el encarecimiento del gas y la electricidad, lo que ha provocado a su vez una subida de precios difícil de cuantificar en un mercado particularmente difuso y atomizado.
Aunque las calefacciones que se alimentan de gas natural, gasoil y electricidad son las predominantes en nuestro país, a finales del año pasado funcionaban en España más de 500.000 calderas de leña.
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La leña como fuente de calor tradicional
La leña ha sido utilizada durante siglos como una fuente de calor para los hogares. Aunque ha sido reemplazada en gran medida por la electricidad y el gas en los últimos años, su uso ha vuelto a aumentar debido al incremento del precio de estas fuentes de energía.
Hay varias razones por las que la gente ha vuelto a utilizar la leña como fuente de calor. En primer lugar, la leña es una fuente de energía renovable y sostenible. Se puede recolectar de manera responsable y utilizar sin contribuir al cambio climático. En comparación, el gas y la electricidad a menudo se obtienen a través de procesos que emiten grandes cantidades de dióxido de carbono, lo que contribuye al cambio climático.
Los hogares vuelven a la leña por ser una fuente de energía económica
La leña es relativamente barata en comparación con el gas y la electricidad. Aunque el precio de la leña puede variar según la ubicación y la disponibilidad, en general es más asequible que otros combustibles. Esto es especialmente importante para las personas con bajos ingresos o que viven en áreas donde los precios de la electricidad y el gas son particularmente altos.
Inconvenientes del uso de la leña como fuente de calor
No todo son ventajas, utilizar leña como fuente de energía tiene algunos aspectos negativos. En primer lugar, requiere un poco más de trabajo que simplemente encender un termostato. Es necesario recolectar o comprar la leña, almacenarla y cargar la chimenea o la estufa de leña con regularidad. Además, es importante tener precaución al utilizar la leña, ya que el fuego puede ser peligroso si no se maneja correctamente.
Otro inconveniente es que el uso de la leña puede generar humo y partículas en el aire, lo que puede ser perjudicial para la salud de las personas con problemas respiratorios. Por esta razón, es importante utilizar una chimenea o una estufa de leña adecuadamente instaladas y mantenidas para minimizar el humo y las partículas en el aire.
La leña es una opción atractiva debido al alza de precios de otras fuentes de energía
El uso de la leña como fuente de calor sigue siendo una opción atractiva para muchas personas debido al aumento del precio de la electricidad y el gas. Además, para aquellos que viven en áreas rurales o alejadas de la red eléctrica, la leña puede ser la única opción disponible.

En conclusión, el uso de la leña como fuente de calor ha vuelto a aumentar debido al incremento del precio de la electricidad y el gas. Aunque tiene algunos inconvenientes, la leña es una fuente de energía renovable y sostenible, y en general es más asequible que otros combustibles.
Además, para las personas que viven en áreas alejadas de la red eléctrica, puede ser la única opción disponible. Sin embargo, es importante tener precaución al utilizar la leña y asegurarse de que se utilice correctamente para minimizar el humo y las partículas en el aire. Aunque el uso de la leña como fuente de calor ha disminuido en las últimas décadas, todavía es una opción viable para muchas personas en todo el mundo.