
Este sistema de calefacción es el más habitual en España, por su longevidad, por tratarse de un sistema de climatización económico y por el sencillo mantenimiento. Aun así, una caldera también puede averiarse, por ello, recopilamos las averías más frecuentes, para que entiendas fácilmente los motivos si en algún momento te ocurre.
Las calderas, disponen de múltiples sensores y pueden detener su funcionamiento como medida de seguridad si detectan algún fallo. Hay sensores de todo tipo, de presión de aire y agua, de humos, de temperatura… Además, las calderas más modernas incorporan una pantalla en la parte frontal donde se muestran los avisos de las incidencias. Por lo tanto, no es complicado ver si algo no funciona bien.

Por seguridad nunca debes manipular la caldera, siempre es mejor acudir a la valoración de un experto en averías de calderas y contratar la reparación a un técnico autorizado.
Algunas averías frecuentes en las calderas
La llave de llenado no funciona
Esta es una de las piezas más importantes, ya que regula la presión de agua del circuito cerrado de la calefacción. Si no funciona correctamente, puede afectar a otros elementos de la caldera como el vaso de expansión o la válvula de seguridad.
Si necesitamos bajar la presión podemos vaciar el radiador que está más lejos de la caldera hasta que la presión se reduzca.
Por otro lado, si la llave de llenado está completamente cerrada y sigue entrando agua (puede detectarse por el ruido del agua o porque la presión sube constantemente), puede que la pieza esté calcificada, oxidada o sucia y deberás llamar a un técnico autorizado para que la sustituya.
Cambios bruscos de temperatura
Cuando el agua caliente pasa a estar fría de golpe, puede ser porque la sonda de temperatura o el intercambiador se han estropeado por el paso del tiempo. Estos elementos deben ser reparados por un técnico en averías en calderas.
La caldera no calienta
Si cuando abrimos el grifo no nos llega agua caliente, lo más normal es que no tengas presión de agua. Sin embargo, puede haber otras averías:
- La válvula de tres vías se estropea o se bloquea, el agua caliente no fluye por el circuito y no llega al grifo.
- La bomba de agua no funciona, aunque la caldera caliente el agua. En este caso, no hay circulación y la caldera detecta que aumentan la temperatura y la presión, por lo tanto se bloquea automáticamente por seguridad.
La caldera se enciende sola
Lo más habitual es un fallo en el termostato. Es una avería bastante común si se queda sin pilas o por un fallo de carácter electrónico que puedes intentar solucionar al reiniciar el sistema.
Burbujas de aire. Suelen dar problemas en casas donde alguna ducha no se usa con demasiada frecuencia y se acumula aire. Si las burbujas de aire se mueven pueden detectarse por la caldera como una demanda de consumo.
La caldera hace ruido
Los ruidos que puede emitir una caldera son muy diversos. A continuación recopilamos los más comunes:
- Vibraciones: la carcasa podría estar mal colocada.
- Silbido: seguramente se deba a suciedad en el intercambiador.
- Pequeñas explosiones:, suciedad en la cámara de combustión o fallo de regulación en la válvula de gas.
La presión de la caldera sube constantemente
Es normal que cuando se enciende la calefacción la presión del agua aumente. Por norma general, la presión de la caldera recomendable es de 1,5 bares y cuando se activa, puede subir hasta los 2 bares. Si la presión supera el límite de la válvula de seguridad se producirá una fuga de agua para regular la presión.
El aumento de la presión puede estar motivado por:
- Una llave de llenado mal cerrada que sigue metiendo agua en el circuito y, en consecuencia, elevando la presión.
- Bolsas de aire en los radiadores. Se soluciona al purgar los radiadores.
- Fallo en el intercambiador de calor entre el circuito de calefacción y el de agua caliente.
Fugas de agua en el circuito
Otras de las averías comunes en calderas son las pérdidas de agua. Lo primero que debemos comprobar es que la llave de llenado esté correctamente cerrada. Si la pérdida de agua continúa, puede deberse a alguno de los siguientes motivos:
- Presión es más alta de la recomendable. Por eso la válvula de seguridad se abre y el agua sale para regular la presión.
- La llave de llenado está cerrada pero entra agua: en este caso, un técnico deberá reemplazarla, seguramente presenta algún bloqueo o problemas de óxido.
- Avería en el vaso de expansión.
¿Cuando se debe revisar la caldera?
Tal y como se indica en el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE), la obligación de revisar la caldera, aunque no presente averías, pertenece a su propietario y debe hacerse cada dos años. En el caso de calderas de gasóleo o pellets, deben ser inspeccionadas una vez al año.

También es importante recordar que las instalaciones de gas tienen que pasar una inspección cada cinco años para garantizar que el hogar es totalmente seguro.