
Finalmente, después de meses de negociación, el tope europeo al precio del gas se quedó fijado en 180€/MWh, pero ¿cómo afecta esta nueva medida a la excepción ibérica? ¿Son medidas excluyentes? ¿Favorece a los pequeños consumidores o solamente a la industria? Te contamos los detalles.
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¿Esta medida favorece a España?
El Gobierno de España fue crítico con la propuesta inicial, que llegaron a calificar de tomadura de pelo por la dificultad de su aplicación. El nuevo tope sigue siendo alto, aunque parece contentar al Ministerio de Transición Ecológica. De todos modos, su principal ventaja es el tope dinámico, una propuesta apoyada por España y que se considera una mejora importante respecto a las primeras versiones de la propuesta europea.
La excepción ibérica no se verá afectada.
El tope del gas europeo tendrá poco efecto sobre la excepción ibérica, al menos de forma directa. Aunque sean medidas parecidas, el tope al gas aprobado por España y Portugal hace unos meses se refiere únicamente al precio del gas empleado para la generación eléctrica, mientras que la propuesta de la Unión Europea es para todo el gas sin importar el uso o destino que vaya a tener.
Es decir, se trata de dos herramientas independientes, que no chocan entre sí, y que ayudarán a contener los precio de manera complementaria.
El mecanismo ibérico sirve para corregir la situación excepcional que vive el sistema eléctrico desde hace ya más de un año. El mercado funciona como una subasta inversa: se vende toda la energía producida al precio de la más cara de las tecnologías, que suele ser la que emplea el gas natural.
Esto, en un primer momento, tenía el sentido de favorecer la adopción de fuentes renovables, ya que no dependen de una materia prima como tal, sino de fenómenos como el sol o el viento. Por lo tanto, pueden ofertar su electricidad a cualquier precio, casi regalada, de modo que se adjudica siempre y luego se cobrará como la producida por las tecnologías más caras.

La medida de Europa tendrá un efecto menor en España.
El efecto en España del tope del gas europeo será limitado porque el precio del gas en el mercado ibérico (Mibgas) lleva meses desvinculado de la referencia europea (TTF) debido a la capacidad de la Península Ibérica para abastecerse de gas natural licuado y la menor dependencia de Rusia.
La excepción ibérica se aplicará, por lo menos, hasta final de mayo y disocia el precio del gas del precio de la electricidad. La medida aprobada por la Unión Europea ataca al origen del problema, al precio del gas, que aplica al precio de la electricidad, pero también a la industria cuando tiene que usar gas para su producción.
Desde el punto de vista del precio de la electricidad la nueva medida incorpora un precio máximo adicional al gas, es decir, en caso de unos precios disparados, la compensación que se paga a las centrales de gas sería inferior porque entraría en funcionamiento ese tope que establecería el precio internacional más 35 euros.